Artificiales dominios de arenisca roja y dorada, sombras cazadoras, mujeres que cazan, llanuras de luz, de una luz caliente y ancha, los ojos ocultan miradas ambivalentes, ingenuidad, disculpas, ascuas. Mientras, entre las manos y las zarpas, una falta y un escalofrío, un morder de pestañas.
Yo amaba una canción y quisé que tú la cantaras.
Á.S.
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