miércoles, 12 de enero de 2011

Acordándome de todo

Recuerdo los besos tortuosos y calientes, descolgándose por el rostro, marcando territorio, la calle donde vivías, los diarios voceros que escondias siemrpre a la hora del desayuno: Café con leche y un buen chorro de aceite de oliva, sobre pan inerte del día anterior.  Recuerdo los versos enamorados de ti, los apuntes de marketing, las fotografías en la pared de tu cuarto arrendado, la brisa de abril fresca y republicana , las llamadas de emergencia, la gargantilla de plata, los pastelitos de canela y aquel centro social  donde comíamos los domingos. Recuerdo el sabor característico de los amores incipientes, las noches que dormimos apretados, la bufanda azul guardada en el cajón, las terapias de relajación que no sirvieron para nada, las frases sosegadas. Acordándome de todo, olvidé tu nombre, aunque la verdad, no creo que eso importe.
Á.S.

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