lunes, 2 de mayo de 2011

La política del miedo.

Se suele considerar la represión como una consecuencia de la Guerra Civil y de la violencia engendrada por el conflicto en uno y otro bando. Pero Santiago Vega Sombría nos ofrece ahora una nueva y muy distinta perspectiva, a partir de un análisis global del papel que la represión tuvo como un elemento esencial del estado y del sistema político franquista. No se trata tan solo de las muertes, es decir, de las ejecuciones y los asesinatos que desde julio de 1936 hasta septiembre de 1975 cumplieron con la función de paralizar cualquier oposición por el terror, sino de estudiar en su conjunto las diversas formas en que se instrumentó una política del miedo encaminada a asegurar la sumisión: las cárceles, la expropiación de bienes, las depuraciones y las diversas formas de coacción: desde las palizas o el aceite de ricino o la humillación, incluyendo las formas reservadas específicamente a las mujeres, hasta la violencia simbólica que se ejercía en la escuela, en la iglesia o en la propia cal.
LA POLÍTICA DEL MIEDO. Santiago Vega Sombría. Ediciones CRÍTICA.

domingo, 1 de mayo de 2011

La utopía de la vida.

Y la vida me sorprende
y la vida me estremece
y la vida me hace llorar
y la vida me hace reír
y la vida me enseña
que el hombre muere
cuando olvida.
 Y la vida en definitiva
me muestra la verdad
la verdad de mi utopía.
ÁSH

Corre rojo que te cojo!!!


CAZADOR CAZADO O LA FUERZA DEL ROJO.


Memoria mia

La fuerza que me empuja violentamente hacia delante, es la misma que me obliga a recordar lo que otros olvidaron. Memoria insurrecta descarga rabia en cada rincón de mi consciente, y la palabra que es rebeldía, poco a poco, vida a vida, recompone las verdades que nos ocultaron. Es cierto que esta misión, me hace permanecer alrededor de vustras realidades anodinas. Vosotros, podeis seguir en vuestra gran mentira.
ÁSH

martes, 26 de abril de 2011

¡Qué alegría mi hermano!

Qué alegría mi hermano
tengo yo en el alma
por haberte encontrado,
por haber conocido tantos hombres,
tantas mujeres de gallardo calado.

Sé que si llega la hora
muchos estarán preparados,
nacieron con corazones
más grandes que el cielo estrellado.

Comprendo que el mundo es así,
muchos están embobados
absortos en sus madrigueras
escondidos en sus vidas de barro.

Pero con que haya cinco,
que se cuenten
con los dedos de la mano
la esperanza será nuestra
nuestro será, el carro dorado.

Carlos Serrano Hermo

lunes, 28 de febrero de 2011

MIGUEL HERNÁNDEZ. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta.

Prisión Provincial de Torrijos. 4ª y 3ª galería.
Miguel es encerrado en la cuarta galería, primera sala,  de la cárcel madrileña. Allí se va a encontrar, entre otros, con el poeta Germán Bleiberg;  pero el grupo al que se vio más unido durante aquellos meses de estancia en lo que había sido Cuartel de Tropas Transeúntes fue el formado por Fernando Fernández Revuelta, capitán del ejército republicano y corresponsal durante la contienda del periódico El Socialista, Gerardo Gónzalez, José Luis Villa, el abogado y político Fidel Manzanares Muñoz y Luis Rodriguez Isern, miembro de las Juventudes Socialistas Unificadas y de la FUE. Este último habría de convertirse , tras su pronta salida de prisión, en el más fiel mensajero del poeta y en su contacto continuo con el exterior. “ Yo iba todas las semanas a verle y a llevarle la ropa limpia y comida, al mismo tiempo, recogía la ropa sucia y cacharros de la semana anterior… Yo iba los lunes a ver a Miguel, así que tenía que ir a ver a Vicente Aleixandre durante la semana, porque sí no, no tendría que contarle. Como Vicente Aleixandre estaba enfermo siempre, me tenía que interesar por su salud y contárselo a Miguel… El hombre siempre me recibía inmediatamente y no me hacía esperar… Yo le decía, don Vicente, a ver cuándo va usted a verle”.
 Desde su llegada a la cárcel de Torrijos, Hernández concentra todos los esfuerzos en contactar con aquellos amigos que puedan interceder por su libertad. En espera de los avales escribe con toda urgencia a Cossío para que haga por él cuanto esté en su mano: “ Es preciso que hagas por verme en Torrijos, donde me retienen desde hace varios días. Nuestra familia de Orihuela no sabe dónde me encuentro aún y te pido veas a Morla, a tu hermano, a quien sea, para verme junto a Jesefina, que me necesita más cada día, pronto. Fuerza un poco tu tranquilidad por mí, o es seguro que no saldré de aquí hasta que no se aclare mi actitud honrada, y esto puede ser cuestión de mucho tiempo. Tú puedes ayudarme a salir rápidamente y no debes dejar de hacerlo… José María, por nuestra amistad, nuestra familia y  nuestra poesía , insisto en pedirte esta gran favor”.
José Luis Ferris.

jueves, 24 de febrero de 2011

Te quiero porque te quiero

Te quiero porque te quiero
porque quiero quererte
y más te quiero si tú,
me dices que me quieres.
Te quiero porque te quiero
desde los pies a la frente,
a tus costados yo quiero
a tus ojos, a tus sienes.
Te quiero sin disculpas
a ratitos y siempre
por la mañana te quiero
y cuando todos duermen,
te quiero porque te quiero
y porque quiero quererte
y no hay más verdad
en mi vida 
que la vida que te quiere 
y esa suerte dichosa
que es la suerte de tenerte.
Á.S

miércoles, 16 de febrero de 2011

Este sueño que no duermo.II

Se me han caído los ojos
al fondo de tus besos
se han copiado tus dientes
en la piel de mi cuello
han vuelto a latir mis labios
que te rozan a oscuras
juntos, apretados.

Se me ha gastado la proclama
la revolución por hacer
la justicia que tocaba
se me han agotado los recursos
que me distraen del todo
que se ha convertido en nada.

Tú, eres la calma.
Lo que viene de ti, lo escondo yo
entre el pecho y el alma
lo protejo con mis costillas
lo defiendo sin armas
con mis dientes y mis puños
a mordiscos o patadas.

He recogido nervios, rayos
una tormenta de ruidos
que he bajado al estómago
que he disimulado
he memorizado tu gesto
cuidado tu sueño
dormido a tu lado
tú, te mantienes precavida
por si acaso.

Yo, sólo tengo sed, entonces te bebo.
Buscame en este sueño que no duermo
te espero.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Este sueño que no duermo.I

Se me han caído los ojos al fondo de tus besos. Se han copiado tus dientes en la piel de mi cuello, han vuelto a latir mis labios, que te rozan a oscuras, juntos y apretados.
He recogido nervios, rayos, una tormenta de ruidos, que he bajado al estómago , que he disimulado. He memorizado tu gesto, cuidado tu sueño, dormido a tu lado. Tú te mantienes precavida, por si acaso. Yo, sólo tengo sed, entonces te bebo.
Buscame en el sueño que no duermo, espero.
ÁS

sábado, 5 de febrero de 2011

La Nueve. Los españoles que liberaron París.

La mayoría de los hombres que componían La Nueve tenían  menos de veinte años cuando cogieron las armas por primera vez en 1936, para defender la República española. Ninguno sabía entonces que los supervivientes ya no las abandonarían hasta ocho años después. Casi todos aquellos soldados llegaron de África desde campos de concentració franceses, donde habían sido internados al final de la Guerra Civil. En esos campos les habían propuesto enrolarse en la Legión Extranjera o la vuelta a la España franquista. Ninguno lo dudó. Diseminados por África en las tropas regulares de Pétain, muchos desertaron para irse con Leclerc en cuanto éste organizó el ejercito de la Francia Libre. Con él lucharon y vencieron en todas las batallas, incluida la derrota de los invencibles del África Korps y los tanques del Mariscal Rommel.  Cuando el general Leclerc formó la famosa Segunda División Acorazada, los españoles componían ya una fuerza importante es su ejército. Casi todos fueron reagrupados en un batallón compuesto por cuatro compañías, cada una con más de un tercio de españoles, salvo La Nueve, española por excelencia y en la que incluso la lengua oficial y el mando eran españoles. Con la tropas del general Leclerc, La Nueve se preparó en África e Inglaterra, desembarcó en Normandía, liberó París, sufrió los más duros combates para liberar Alsacia y su capital Estrasburgo y consiguió llegar hasta el mismisimo búnker de Hitler, en Berschtesgaden. Durante toda la contienda, en cada tumba de los compañeros desaparecidos, los españoles colocaron siempre una pequeña bandera republicana.
EVELYN MESQUIDA

jueves, 3 de febrero de 2011

La espera.

Me apresuro en arrancar las hojas del calendario, rasgo los números, cada pedazo, en un ritual diario me acerca a ti, la espera se hace insoportable, llega la noche, luego otra, otra …
A escondidas leo palabras de ti, con eso, la espera se hace más llevadera, menos espera. Pronuncio tus palabras despacio, en voz alta, con un ligero deje tembloroso. Ayer domingo descansé, hoy lunes me llevan los demonios. ¿ Qué acontecerá en tu proximidad?.

viernes, 21 de enero de 2011

Desengaño

Creí, que este cosquilleo que de nuevo me recorría la espalda, sacudiendo a su paso todas las entrañas, era su amor, que en bocanadas de azulado aire, hasta el corazón llegaba. Me confundí, de bruces dí con la crueldad de sus palabras. Ni amor, ni pasión, ni nada de nada.
Á.S

miércoles, 19 de enero de 2011

Sputnik, Mi amor.

A los veintidós años, en primavera, Sumire se enamoró por primera vez. Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo succionó todo hacia el cielo en su  torbellino, que lo descuartizó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo. Y, sin que su furia amainase un ápice, barrió el oceano, arrasó sin misericordia las ruinas de Angkor Vat, calcinó con su fuego las selvas de la India repletas de manadas de desafortunados tigres y, convertido en tempestad de arena del desierto persa, sepultó alguna exotica ciudad amurallada. Fue un amor glorioso, monumental. La persona de quien Sumire se enamoró era diecisiete años mayor que ella, estaba casada. Y debo añadir que era una mujer. Aquí empezó todo y aquí acabó (casi) todo.
HARUKI MURAKAMI

lunes, 17 de enero de 2011

Te imagino y descubro

 Isabel
Me pareció reconocerte
en toda tu persona
sin embargo, no eres tú
la que veo
si acaso huella
el hueco que dejas
recuerdo de ti si
pero no tú.

Ahora, te imagino
y descubro
te miro dentro, desde fuera
reparo en tu gracia
estudio el alma de tu boca
que no es mía
repaso lecciones de ti
te escribo cien veces
sin letra
te llamo sin palabra
recorto la línea de tu curva
me entra el vértigo, contigo.

Sin embargo, no eres tú la que veo
acaso el hueco que dejas
amor de ti si
pero no el tuyo.
En la calle las paredes hablan de ti, arañando ecribo con un fuego en abril

viernes, 14 de enero de 2011

El corazón helado

_ Éste es mi padre_ dijo_ Ignacio Fernández ´Muñoz, alias el Abogado, defensor de Madrid, capitán del Ejército Popular de la República, combatiente antifascista en la Segunda Guerra Mundial, condecorado dos veces por liberar Francia, rojo, y español-_ y en su voz tembló una emoción, un orgullo que Raquel no pudo interpretar..
Había escuchado lo mismo tantas veces, ése era su abuelo, el padre de su padre, que cantaba estoy hasta los cojones de la guerra civil, y se reía, y su hermana, que coreaba sus cantos y sus carcajadas, estaba ahora muy seria, tanto que ni siquiera se molestó en limpiarse las lágrinas que descendían despacio por su mejilla, pero eso no le sorprendió tanto como la reacción del desconocido, casi un muchacho, que se acercó a su abuelo, le tendió la mano, y se dirigió a él con un acento emocionado, el cuerpo muy derecho, la cabeza alta, un gesto de hombre adulto en la mandíbula.
_ Señor, para mí es un honor saludarle.
ALMUDEMA GRANDES

Apendice

Mesticia los ojos
ungidas las mejillas
deslizándose hasta los hombros
avanza el cáliz
de tus pupilas
Á.S.

jueves, 13 de enero de 2011

El sofá. Cuento de Navidad

Entre la concurrencia y el guirigay, con los presentes hablando entre sí, todos a la vez y por un casual, descubrí su espalda a medio esconder tras el tumulto. En seguida, fijé la atención en ella, tenía el cabello negro, con un corte sencillo que dejaba ver en todo su esplendor un cuello proporcionado, elegante y pálido. Estaba  sentada en un viejo sofá, cruzaba las piernas elegantemente, recogiendo en ellas sus manos pequeñas y delicadas, coronadas ambas dos en su corazón, con alianzas de plata. Se agitaba con gestos coquetos y ademanes educados, sonreía siempre, con una sonrisa gruesa, descomunal, que desplegaba unos labios en una curva imposible e insoportablemente irresistible. La observaba yo con disimulo , casi en clandestinidad: Ella sacó una pitillera de charol rojo a juego con los zapatos y su carmín , se sirvió un cigarrillo que encendió en un indescriptible y magnífico hinchado de pecho. Un olor intenso y dulzón lo impregno todo, el humo denso planeaba sobre su rostro , con cada bocanada, dejaba un rastro en suspensión que a mi , me parecían llamaradas, entonces me quemé. Con un ligero quiebro de cabeza, me apuntó con sus pupilas negras, bebió despacio un largo trago de gintonic, sin dejar de sonreír se besó la mano izquierda, delicadamente, despacio. El aire que  sopló después , llegó a mi hecho tornado, yo me dejé arrastrar en mil vueltas de campana, ascendí al cielo y cuando bajé, tenía una deseo incontrolable de amarla y un tremendo temblor de estómago.  Me miró otra vez, se levantó y sin perder la sonrisa y los gestos coquetos salió del local, yo quedé inmóvil,  abducido, no pude hacer funcionar ni un solo músculo . Desde entonces, todas las noches de Navidad, acudo a aquel local  y me siento en el viejo sofá, ella, nunca más volvió por allí.
Á.S.

Quid pro quo

Donde el amor llega, llega el odio corriendo, da igual si llega uno o llega el otro primero.
Los separan pasos, que nadie anda sin matar antes o ser muerto.
El amor,  con sus júbilos y secretos, a destiempo llega siempre, más tarde si esperas o le tienes miedo.
El odio, mudo a veces y otras tantas ciego, cuando llega mutila con garras de hielo.
Detrás del amor el odio, amor y odio me llevo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Ven a buscarte. Tengo yo la entrada
de tus recuerdos, quietos, encerrados
en mis caricias:
Tiene mi amor la forma de tu vida.
Manuel Altolaguirre

Lo que el ojo ve.

"Al continuo discurrir se suma el quehacer de tu sonrisa, de tu silencio atardecido, de tu gesto a medias. Como eslogan fácil, se cuelan los besos en mi vientre, sin más, sin un resquicio de duda, sin un paso de más. Acuden , golpean, estremecen mi aliento animal".
 Á.S

Acordándome de todo

Recuerdo los besos tortuosos y calientes, descolgándose por el rostro, marcando territorio, la calle donde vivías, los diarios voceros que escondias siemrpre a la hora del desayuno: Café con leche y un buen chorro de aceite de oliva, sobre pan inerte del día anterior.  Recuerdo los versos enamorados de ti, los apuntes de marketing, las fotografías en la pared de tu cuarto arrendado, la brisa de abril fresca y republicana , las llamadas de emergencia, la gargantilla de plata, los pastelitos de canela y aquel centro social  donde comíamos los domingos. Recuerdo el sabor característico de los amores incipientes, las noches que dormimos apretados, la bufanda azul guardada en el cajón, las terapias de relajación que no sirvieron para nada, las frases sosegadas. Acordándome de todo, olvidé tu nombre, aunque la verdad, no creo que eso importe.
Á.S.

lunes, 10 de enero de 2011

Lo que la piel no dice

... Porque puede ser que nada se recuerde, pero también puede ser que el amor se empeñe en pelear contra el olvido, como un boxeador sonado y persistente. Puede ser que los días se sobrepongan al rigor de los días, que todo se sume y se amontone, que nada se pierda del todo. Y puede ser que la piel quiera recordar después de todo, los nombres de las mujeres amadas, y las causas de todas las batallas, ganadas, o perdidas, y que los pasos en la nieve no se vayan con la nieve. No es imposible, que lo que pareció arrogancia o locura termine por da fé de lo que fuimos, y que nuestras manos se llenen, cuando ya no esperemos nada, de nuestros pasados y, tal vez, de otros futuros...
RAY LORIGA

Podría

Podría seguir escribiéndote hasta que los campos anunciasen tu nombre, podría alabar tus abrazos, el calor de tu pecho, el sabor agridulce que dejó tu boca, aliándo mis sueños. Podría atravesar el crepúsculo, saltar de mundo en mundo y correr a tu encuentro, para amarte en la locura, con la que ama la tierra al cielo.
Guardo tus caricias, para abrigarme con ellas en invierno, cuando los días son cortos y las noches hielan los brotes abiertos. Podría con mi sangre dar de beber a tu recuerdo, dibujar en mil fachadas gotas que mojen el viento. Podría remontar tu amor, podría, pero no me atrevo.
Búscame en tu risa.
Á.S.

Como viniste te vas

Olvidé guardarlo en tu morral gitana!
Como viniste te vas
sin un suspiro a deber
sin un abrazo de más
con el aire en los pulmones
mi corazón por dedal
en una tarde de uñas
con una mirada al ayer
y un mañana por estar.

Como viniste te vas
pero con los bolsillos repletos
de versos locos de atar
la inocencia encendida
el ansia de escapar
el vuelo perdido
y por si acaso
las manos apretadas
para no mirar atrás.

Como viniste te vas
con palabras en el pecho
alguna pregunta sin respuesta
alguna deuda por saldar
con un libro en la maleta
y tu sonrisa embrujada
lista para disparar.

Como viniste te vas
sin un suspiro a deber
sin un abrazo de más.
Á.S.

domingo, 9 de enero de 2011

Soñando, soñé

Soñando con ojos negros que se llenaban de ira
con voces socarronas que gritaban no sé qué
con un final feliz y un comienzo de gloria
soñando, soñé, que la noche no está sola
me tiene a mi
tiene las estrellas que la adornan.

Soñando un instante de beso
soñé que tu boca era mi boca
al soñar, las dos se anudaron
en una promesa de sangre
que goteaba sobre las hojas.

Soñando con locos de atar
con aplausos y ceremonias, soñé
que yo no era yo, el mar
lloraba espuma negra como la sombra.
Soñando , soñé,  con una mujer
 y su cintura de heno
prendida como una antorcha
tú,  te quedabas contigo
escondida en tu persona.
Á.S.

sábado, 8 de enero de 2011

La voz dormida.

" Ya se había acostumbrado a hablar en voz baja, con esfuerzo,pero se había acostumbrado. Y había aprendido a no hacerse preguntas, a aceptar que la derrota se cuela en lo hondo, en lo más hondo, sin pedir permiso y sin dar explicaciones. Y tenía hambre, y frío, y le dolían las rodillas, pero no podía parar de reír.
Reía.
Reía porque Elvira, la más pequeña de sus compañeras, había rellenado un guante con garbanzos para hacer la cabeza de un títere, y el peso le impedía manipularlo. Pero no se rendía. Sus dedos diminutos luchaban con el guante de lana, y su voz, aflautada para la ocasión, acompañaba la pantomima para ahuyentar el miedo.
El miedo de Elvira. El miedo de Hortensia. El miedo de las mujeres que compartían la costumbre de hablar en voz baja. El miedo en sus voces. Y el miedo en sus ojos huidizos, para no ver la sangre. Para no ver el miedo, huidizo también, en los ojos de sus familiares.
"
DULCE CHACÓN

viernes, 7 de enero de 2011

La bolsa

A través del plástico, se ven sus ojos abiertos llenos de lágrimas y pánico, un pánico que marca el rostro con muecas ridículas, el sudor empapa su cuerpo, la respiración no es tal, más bien, crujir de aire que se  atraganta en los pulmones, una convulsión. Comienza a toser con una tos ronca,  secos golpes primero y después, como si el pecho le fuese a reventar, los brazos hacia atrás descoyuntados, las manos amoratadas, las venas hinchadas oscurecen ligeramente, él, sigue sin hablar solo gime... El jadeo se vuelve  agónico en un ritmo descontrolado, que te pone los pelos de punta, un náusea interminable precede al silencio. De repente algo en la habitación se mueve, encienden una luz, el reloj de la pared marca las 14:30.

-- Bueno este ya está, el cabrón no dio para más.

De un Tirón le arrancan la bolsa de la cabeza, que cae hacia delante como un trapo.
--Vamos a comer, se hace tarde.
Á.S.

Granada. La Alhambra







jueves, 6 de enero de 2011

Y es que el placer y la nausea son parte activa de un beso
Y es que tu boca y mi boca salivan cristos opuestos
Y es que tu amor se presenta como un clavel carnicero
Y es que tu amor me atormenta lo mismo que un cero a cero
Y es que si tú no existieses yo no te estaría escribiendo
    si no me doliese no me estaría retorciendo
Y es que la pena se advierte chapoteando en mis adentros
Y si la vida está inerte la muerte está en movimiento
Y es que te amé en la locura padeciendo tus defectos
     en mi alma hallé fisuras por las que bien cabe un muerto
Y es que mi alma es sangre pura abismándose en tus besos
Mi corazón amanece duro como el excremento
De lejos carne parece, bien mirado es puro hueso.
RAY LORIGA

miércoles, 5 de enero de 2011

Palabras que lindan con la mirada.

Artificiales dominios de arenisca roja y dorada, sombras cazadoras, mujeres que cazan, llanuras de luz, de una luz caliente y ancha, los ojos ocultan miradas ambivalentes, ingenuidad, disculpas, ascuas. Mientras, entre las manos y las zarpas, una falta y un escalofrío, un morder de pestañas.
Yo amaba una canción y quisé que tú la cantaras.
Á.S.

martes, 4 de enero de 2011

Nocturnidad.

De tanto correr me dan ganas de volar, pero no tengo alas.

Tengo una nocturnidad donde cabemos todos, una nocturnidad tan sumamente grande, que en ella, cabe el mundo entero. Tinieblas en los ojos, en los costados y en los besos, adherida a los pulmones, acariciando el cuerpo. Tengo una nocturnidad que se postra sumisa junto a la cama y ya empiezo a  creer, que es para mi solo.
Á.S.

Despiertan.

Despiertan las curvas, las rectas, despiertan los suburbios, las fábricas y los tajos, las ideas fijas, los árboles mojan de miel las cornisas en el Paseo de los Agrios. Despiertan manicomios, asilos, las celdas despiertan, corrillos de jubilados, amas de casa, algún funcionario de uniforme, los escotes, la desidia, casi todo despierta. Caen gotas de luz amarilla en los arcos romanos, la piedra bosteza, el horizonte se prolonga hasta la séptima colina, más allá, ¿ Quién sabe?.
Á.S.

lunes, 3 de enero de 2011

Te inclinas taciturna y respiras un bostezo, sudas, te tiemblan los codos y de nuevo te inclinas, te haces prisionera, te fugas y engañas y siempre regresas, vistes de niña, recuerdas el primer amor, te turbas.
Agitas los brazos cuando el tedio te atosiga, recoges tu pelo, cubres el rostro con las manos, pasa un tranvía, el mundo se agota y tú, de nuevo te inclinas.
Llegan las tardes de otoño, los castaños cortejan las rosas tardías, se cosechan esperanzas para los tiempos de hambre o cobardía, de noches largas de fiebre y pesadilla. Una mirada te busca , la otra te adivina, tú respiras un bostezo y de nuevo te inclinas.
Á.S.

domingo, 2 de enero de 2011

Como leve sonido.

...Como esta vida que no es mía
y sin embargo es la mía,
como este afán sin nombre
que no me pertenece y sin embargo soy yo;

Como todo aquello que de cerca o de lejos
me roza, me besa, me hiere,
tu presencia está conmigo fuera y dentro,
es mi vida misma y no es mi vida,
así como una hoja y otra hoja
son la apariencia del viento que las lleva.

LUIS CERNUDA. Los placeres prohibidos.

Soledad

La soledad es un rostro que se pierde bajo los puentes, se esconde en las buhardillas, se adhiere a los pasados  cuando se hacen presentes. Soledad, que palabra más corriente, por unos idolatrada, prostituida por los siguientes. Soledad, él conoce muy bien cuanta cabe bajo sus uñas, cuanta entre sus dientes.
Á.S.

Tiempo atrás.

Comparto letras reñidas, el despertar con el espinazo doblado, con la garganta rota y el pecho quebrado. Ellos no me conocen, mejor así, que no sepan nunca de mi, de debilidades o pecados. Mías las noches de embriaguez acalorada y sin vergüenza, de bruma bajo los pies, mías las nocturnidades de sangre deslizándose por la piel y el brillo en los ojos. Tiempo atrás, dediqué largas horas a buscarme, a buscar donde otros antes buscaron, innumerables veces caí abandonado  en alguna habitación sin puertas ni ventanas. Sin embargo, otras tantas estuve dispuesto a ser mirado , aunque sucumbiera después  a la voracidad  del desconsuelo.
Aprendo muy despacio, tan despacio que no sé leer su escritura ni escribir sus dictados, aprendo tan despacio.
Á.S.

sábado, 1 de enero de 2011

Y entonces viniste tú.

Y entonces viniste tú de los oscuro, iluminada de joven paciencia honda, ligera, sin que pesara sobre tu cintura fina, sobre tus hombros desnudos, el pasado que traías, tú , tan joven , para mí. Cuando te miré a los besos que tú me diste, los tiempos y las espumas, las nubes y los amores que perdí estaban salvados. Lo que yo llamaba olvido , eras tú.
PEDRO SALINAS. La voz a ti debida.

Nada.

Nada es menos que poco, nada es nada ausencia de todo, vacio. No tener nada es no poseer, si acaso, poseerte a ti mismo sin cosa alguna alrededor, en escasez absoluta, nada, ni una pizquitina pequeña  , ni a un lado ni a otro, ni dentro ni fuera, como si fuese un universo de ceros, vamos, como dije al principio , nada , que es menos que poco.
Á.S.